No son pocas las personas que deciden tomar drogas en momentos determinados de su vida y algunas hasta lo hacen como cosa habitual. Los motivos pueden ser varios: obtener unos efectos placenteros momentáneos, evadirse de la realidad, para evitar afrontar problemas, etc. El consumo de cualquier droga tiene una serie de riesgos que pueden perjudicar en gran medida la salud de quien la toma. Pero más peligroso todavía que consumir una droga es tomar varias de estas sustancias. Es lo que conocemos como policonsumo. Hay personas que usan más de una droga para potenciar los efectos de éstas. Sin embargo, lo que también consiguen es aumentar los riesgos de padecer serios problemas de salud.
El policonsumo es el consumo de dos o más tipos de sustancias que son ingeridas simultánea o alternativamente y que buscan contrarrestar, potenciar o combinar sus diferentes efectos. Las drogas que más habitualmente tienden a combinarse son la cocaína, el alcohol, el cannabis, los ansiolíticos y los antidepresivos. Aun así, esta mezcla no se limita sólo a sustancias, sino que también encontramos adicciones comportamentales que se combinan también con el consumo de drogas.
Como decíamos en la introducción, uno de los motivos por los que la gente toma dos o más sustancias a la vez es para potenciar los efectos de las drogas. Otra razón puede ser, en cambio, para eliminar efectos indeseados al contrarrestarse los efectos provocados por dos o más sustancias. Por ejemplo, para contrarrestar el nerviosismo y estado de alerta provocados por la cocaína, una persona puede beber alcohol o fumar marihuana para disminuir dichos efectos. O al contrario, donde para activarse puede que tome cocaína después de haber bebido o fumado.
En el caso de las adicciones sin sustancia, la combinación con drogas también existe. Un ejemplo lo encontramos en la ludopatía. El adicto acostumbra a jugar mientras fuma o bebe, e incluso puede que consuma cocaína con el fin de mantenerse despierto y continuar jugando. Otro ejemplo puede ser la adicción al sexo. En este caso, la persona es habitual que combine su adicción con fármacos que le ayuden a mantener su rendimiento y prolongar el placer. Estos trastornos de la conducta son sólo algunos ejemplos ya que las posibilidades a la hora de combinar drogas y conductas adictivas son casi infinitas.
Tener una adicción, ya sea por consumo de una droga o no, entraña una serie de riesgos peligrosos para la salud. No es extraño pensar pues que, si la adicción incluye más de una sustancia, esos riesgos son todavía mayores. Además, las consecuencias no se ciñen únicamente al ámbito físico. Los daños provocados por el policonsumo afectan a muchos ámbitos de la vida de las personas como el mental, emocional, económico, familiar, social y profesional.
El ejemplo de la ludopatía resulta paradigmático. Una persona con este trastorno ya de por sí genera una cantidad de consecuencias muy negativas en todos los ámbitos. La falta de interés por todo lo que no sea el juego, los cambios de humor repentinos, las ausencias prolongadas o un comportamiento errático. Pero si a todo esto se le suma el consumo de sustancias como las que hemos mencionado anteriormente, el resultado es catastrófico. Un adicto al juego no sólo pasará días enteros jugando, sino que ese tiempo también lo pasará consumiendo otras drogas.
La mezcla entre drogas puede ser prácticamente infinita. Sin embargo, algunas de ellas se repiten con más frecuencia que otras. El alcohol es la sustancia que más se combina con otras drogas. Las combinaciones más habituales son:
A parte de las sustancias que comúnmente se mezclan con el alcohol, también existen otras combinaciones muy habituales entre los politoxicómanos:
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