Con la vuelta al cole, muchos jóvenes y adolescentes vuelven a su rutina y a sus responsabilidades habituales después de un largo período de vacaciones. Un evento repentino que, si no se gestiona correctamente, puede originar numerosos casos de trastornos conductuales. Como por ejemplo, el síndrome postvacacional o el consumo de estupefacientes, entre otros. A pesar de tratarse de un entorno social y educativo, la realidad no siempre funciona como debería, y cada individuo tiene su propio estilo de vida. Con lo que es fácil dejarse influenciar en un primer contacto con alguien y caer en las llamadas drogas de inicio.
El inicio del curso escolar es una etapa difícil, tanto para los menores de edad como para los padres. En unos pocos días, ambos deben prepararse para las responsabilidades que les sobrevienen, y si no lo hacen correctamente, la situación puede derivar en episodios de estrés y ansiedad. Lo cual puede conducir a la búsqueda de una escapatoria para huir de un panorama desagradable. En el caso de los padres, deben tratar de proteger a sus hijos de los riesgos y peligros de su día a día en un entorno caótico, especialmente este 2020. En el caso de los menores de edad y los adolescentes, puede ser su primer contacto con los estupefacientes a través de las drogas de inicio. Lo que representa la puerta de acceso hacia el consumo de sustancias tóxicas.
También llamadas drogas de acceso, son aquellas que sirven como primera experiencia para una persona en la toma de drogas. Normalmente se habla de la nicotina, el alcohol y la marihuana por ser las sustancias más económicas, más accesibles y más aceptadas socialmente, entre otros motivos.
Si un adolescente toma drogas por primera vez, es muy probable que no esté informado sobre el tema. Por lo que seguramente adoptará una conducta irresponsable a partir de su desconocimiento, ya que ignora los riesgos y las consecuencias que provocan las drogas. Lo que puede conllevar rápidamente al aumento del consumo y al desarrollo de un trastorno por adicción.
Es cierto que cada persona es un mundo, y en función de su perfil pueden contar con más o menos probabilidades de acceder al consumo de sustancias. Sin embargo, todas ellas independientemente de sus características comparten unos motivos para consumir drogas. Entre las más habituales se encuentran:
Menores de edad, adolescentes y jóvenes se encuentran en una etapa de crecimiento y desarrollo tanto fisiológico como psicológico. Por lo que es un hecho normal que quieran probar cosas nuevas, descubrir experiencias únicas y experimentar con las drogas. Situación que les pone en el foco del consumo y les convierte en un colectivo vulnerable. Por otra parte, su temprana edad aumenta el grado de peligrosidad de los riesgos por la posibilidad de interrumpir su desarrollo vital o padecer malformaciones.
Las drogas de inicio son percibidas habitualmente como inofensivas o incluso inocuas. Al mantener el hábito, desarrollan una alta capacidad de tolerancia al tomar un estupefaciente. Factor que acelera la frecuencia de consumo en los adolescentes y les empuja a probar otras sustancias y a mezclarlas entre ellas.
El principal riesgo de las drogas de inicio es la intoxicación. Un consumo abusivo de ellas sin estar acostumbrado o en dosis elevadas puede perjudicar la salud a muy corto plazo. Por otra parte, la necesidad de interactuar con los demás y la no adopción de una conducta responsable conduce al trastorno adictivo. Si bien el individuo empieza sólo probando los estupefacientes, puede creer que cada vez le hacen menos efecto y empezar a consumir más. En consecuencia, el organismo normaliza la sustancia y acaba por necesitarla. Lo que se traduce en una primera fase en dependencia psicológica, y posteriormente en una adicción.
Aunque los padres no pueden evitar que los hijos acaben por descubrir el consumo de drogas, sí que pueden ayudarles a entender cómo afectan a su organismo. Por lo que es de vital importancia descubrir el hecho lo antes posible para poder tomar una solución. Algunas señales que evidencian que un adolescente consume son:
Síntomas físicos:
Síntomas psicológicos:
Síntomas conductuales:
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